Fibromialgia

Te olvidas de todo, miles de cosas te ponen de mal humor, cada día te cuesta más levantarte por la mañana y por mucho que duermas siempre te sientes cansada. También empiezan los achaques, todo el cuerpo comienza a dolerte, de una forma anormal, no son agujetas, tampoco cansancio, es mas como un estado de contractura en general.

La espantosa relación que ya tienes con tu intestino, que básicamente consiste en que no sabes qué comer porque prácticamente TODO te sienta mal y te inflama, se vuelve cada vez más incontrolable y ya no sales del baño. Y te desesperas...

Y entonces... aparece la niebla mental, esa sensación de que se han ido los plomos en el cerebro y hoy no estás para nada ni para nadie, la sensación de tener el cerebro lleno de arena, de no poder pensar.

Algo que a mi me confundió bastante e hizo que me costara bastante aceptar la enfermedad es que me sucedió justo a la vez que el principio de la menopausia y prefería achacar todos los síntomas a algo que ya me correspondía por mi edad y negar que podía tener una enfermedad auto-inmune.

En realidad había estado padeciendo un montón de cosas toda mi vida y hacía como si no importaran, como si nunca hubieran existido, yo pensaba que era normal.